“Un viaje de mil millas comienza con un primer paso”
Es cierto. Muchos grandes negocios con los que interactuamos a diario, empezaron con un préstamo privado. De no ser así puede que nunca hubieran sido más que una idea.
Cuando el filósofo Lao-Tse apuntó la cita que ha tenido tanto recorrido con el pasar de los años (valga la frase) que “Un viaje de mil millas comienza con un primer paso”, no podía ni imaginar la razón que llevaba en su afirmación.
Y es tan aplicable en la época de Lao-Tse, que nació unos 600 años antes que Jesucristo, como hoy. Que se lo digan a cualquiera que desee emprender un camino, un viaje u otro propósito vital que exija el esfuerzo de enfocar al 100% las propias energías para llevarlo lo más lejos posible. Este es el auténtico viaje y aunque suene a épico, es heroico.
El nacimiento de las grandes marcas
Sin marcas y las empresas que las sustentan, como Facebook, Starsbuck, Amazon o el propio Google, el mundo no tendría la misma fisionomía que tiene ahora mismo.
Todas ellas son marcas punteras que, en su momento, fueron una simple idea. Sus emprendedores trabajaron incansablemente hasta llevarlas a lo más alto y hacerlas referentes a nivel global, totalmente imprescindibles en el día a día de millones de personas en todo el mundo. ¡Bravo por ellos!
Ahora bien (porque siempre suele haber un “ahora bien”, un “pero” o un “sin embargo”), a pesar de la buena idea inicial y sus continuos avances en I+D para conseguir el mejor de lo mejor, si no hubiesen dispuesto de un cierto capital, la idea se habría quedado en un borrón sobre papel. En todos los casos que siguen, los negocios necesitaron el empuje de un préstamo privado. Y contaron con él, por supuesto.
¿Y por qué un préstamo privado en lugar de un crédito bancario al uso?
Una pregunta cuya respuesta es obvia: porque los bancos no financian ideas. Los bancos solo creen en hechos consumados y números descarnados sin ninguna lírica. Por término medio consideran que una idea, un proyecto, es exactamente lo contrario: algo volátil, inconcreto y a nivel de inversión, incluso peligroso.
Sin embargo, algunos inversores privados visionarios, de los cuales se conocen nombre y apellidos, entrevieron el futuro y sustentaron el primer capital de Google, de Facebook, de Amazon.
Esta es la historia.
Google, el mundo en sus manos
El buscador de referencia a nivel mundial no fue el primero. Antes de Google los internautas hacían sus consultas a través otros primitivos motores de búsqueda, con las dificultades que suponía indexar una red que cada día crecía en forma de complicados índices y directorios.
Urgía encontrar un método que localizase la información de una forma rápida y la facilitase al usuario de forma inteligible y útil.
Después de diversas intentonas y un enorme trabajo de I+D que dio como resultado navegadores como Excite27, AltaVista28 y Ozú de otras compañías, en 1996 nació BackRub, que en 1997 se convirtió de Google. En solo 8 años Google implementó sistemas de búsqueda tan innovadoras que hoy es el buscador de referencia que, además, tiene infinidad de servicios como correo electrónico (Gmail), Google Maps, Google Ads, Google Lens, Google Calendar, el Asistente Google y un larguísimo listado que da servicio a millones de usuarios. Y además, Google es una potencia que configura el funcionamiento del mundo en muchos aspectos. Google lo sabe todo…
Ahora bien…
Google nació como un proyecto de clase de dos universitarios, Sergey Brin y Larry Page que empeñados en desarrollar su idea, lo primero que necesitaron fue financiación. Primero la obtuvieron de BA pero al cabo de poco tiempo, a Sergey Brint y Larry Page se les ofreció la posibilidad de convertir su idea de negocio en una empresa real al que la universidad aportó millones de dólares con la participación de diversos inversores. El negocio dio un enorme salto adelante cuando Michael Moritz, de Sequoia Capital, decidió invertir en Google en el año 1999.
¿Qué habría pasado sin la intervención de distintos inversores privados? ¿Sería Google el gigante que es hoy? ¿Tendría el mundo la misma fisionomía?
“El camino de Amazon hasta llegar al éxito actual no ha sido un camino de rosas”
Amazon, el referente de las ventas online
Amazon pronto cumplirá 30 años. La plataforma líder de ventas online nació en 1994 gracias a la idea de su creador y CEO Jeff Bezos.
Su camino hasta llegar a la cima no fue un camino de rosas e incluso, su plan de negocios inicial fue recibido con quejas y reticencias por parte de los accionistas que deseaban resultados mucho más rápidos de lo que se producían.
Sin embargo, uno de los miembros de esa junta directiva y ahora director gerente de la firma estadounidense de capital riesgo Madrona Venture Group, con sede en Seatlle, lo vio tan claro que se convirtió en su Business Angel, en el inversor que dio el empujón definitivo a la empresa. Hasta tal punto que a principios del siglo XXI creció hasta convertirse en el líder absoluto de las ventas por Internet y el referente en este tipo de comercio, a pesar de las numerosas críticas que suscita.
Thomas Alberg fue el inversor que creyó en Amazon y aportó, además de capital privado, experiencia, sabiduría y prestigio a un negocio que hoy es indiscutible.
Facebook, el punto de encuentro face to face
Todo el mundo sabe que Mark Zuckerberg es el creador de Facebook, el portal que durante las últimas décadas ha revolucionado las redes sociales. Un punto de encuentro que ha conectado a/y con millones de persones en todo el mundo. Se estima que en este momento Facebook tiene aproximadamente 2.900 millones de usuarios, según datos facilitados por DataReportal.
Cuando Zuckerberg instaló el centro de operaciones de Facebook en una casa que alquiló en California, jamás pensó que el éxito de su idea sería tan arrollador. Pero los inicios, como todo, fueron difíciles y lo primero que hacía falta era capital. Ahí es donde Zuckerberg tuvo el acierto de tomar varias decisiones:
- Asociarse con Sean Parker, fundador de Napster.
- Conseguir una inversión de 450.000 dólares de Peter Thiel, cofundador de PayPal.
- Ganarse la confianza de Jim Breyer, que invirtió 12 millones en el incipiente Facebook, por aquel entonces, un simple proyecto universitario.
¿Qué habría pasado si estos inversores no hubieran apoyado Facebook y a Mark Zuckerberg? Probablemente en estos momentos, Facebook no existiría y probablemente tampoco el resto de redes sociales con las que interactuamos a diario.
Starbucks, el imperio del café creado grano a grano
Starbucks es un negocio que cuenta con 50 años de historia a sus espaldas. Es conocido a nivel mundial y como cafetería, tiene hasta 33.800 establecimientos por todo el mundo, 140 de ellos en España.
Cuando nació en 1971, sus promotores Jerry Baldwin, Zev Siegel y Gordon Browker, iniciaron el negocio como una tienda de venda de café en grano en Seatlle y la llamaron Starbucks Coffee, Tea and Spice.
Estos tres hombres nada tenían que ver con los negocios y de hecho, Baldwin era profesor de inglés, Siegel era profesor de historia y Browker era escritor.
Pero con la idea clara de negocio pidieron un préstamo privado de 5.000 dólares y aportaron, cada uno de ellos, 1.350 dólares más, pero el impulso inicial fueron esos 5.000 dólares financiados por un business angel.
Posteriormente, en el año 1982 apareció Howard Schultz y la empresa dio el salto al éxito empresarial tal y como hoy la conocemos: como un auténtico imperio dedicado al café y a procurar una experiencia agradable en los clientes que se acercan a sus locales, ya sea para tomar café en el propio centro o para llevárselo y tomarlo en otra parte, incluso en la calle.
¿Hacemos un Starbucks?
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La historia de todos estos emprendedores es curiosa, sí, pero sobretodo, es inspiradora. Persiguieron su idea hasta concretarla, hacerla crecer y al final, conseguir éxito, prestigio y fortuna con ella.
Pero no olvidemos lo importante de cada caso: sus protagonistas pusieron trabajo, ilusión, constancia, tesón, tiempo, investigación, visión de futuro… pero también contaron con la ayuda externa de la concesión de un capital privado del que no disponían y que era necesario para poder desarrollar, poner en práctica y materializar su idea.
En todos estos casos el capital privado y los inversionistas business angel fueron la clave. Sin ellos, puede que el mundo tuviera otro aspecto y el día a día de millones de personas, también.
Y ahora, cuéntanos. ¿Tienes una idea de negocio y deseas ponerlo en marcha? ¿Crees que puedes tener éxito?
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